Nada como en la barra de un bar

Cada vez es más difícil sentirse a gusto en la barra de un bar. Son pequeñas, denostadas por los propietarios de los locales e incómodas. La gente te mira con una mezcla entre compasión e indiferencia cuando estás sentado en ellas.

¡Sacrilegio!

Para cualquier aficionado a la coctelería la barra es la cancha de juego en que todo buen bebedor desea degustar su bebida favorita. Sentado en un taburete viendo el ajetreo del barman “bailando” en torno a sus cocteleras, escuchando el “chin chin” de los hielos y dejándose deslumbrar por la luz psicodélica de los diferentes colores de las botellas.

Como espectador de excepción, en la barra, has podido observar todo el proceso de elaboración mientras tus glándulas salivares van segregando los minutos que quedan hasta que tu copa está servida. Y al final llega el primer trago que saboreas ante la cómplice mirada de tu bar tender favorito y al que diriges una nítida mirada de asentimiento.

Put your lips together and blow!
Put your lips together and blow!

En esa cancha de juego donde Johnny Guitar intercedió para evitar una matanza o Lauren Bacall encendió un pitillo a Boggy para que no se cobrase por las malas unos días de pesca en Tener y no Tener.

En fin, espero que en mi película mental siempre pueda degustar un Dry Martini en la barra como Dios y el cine mandan.