Está claro que hay una sensibililización social en torno a lo verde y ecológico. Sin ir más lejos, en el seco y frío mundo del gin tonic pasamos de la clásica rodaja de limón a la tímida rodaja de pepino de la mano de la ginebra Hendrick’s. Después empezaron a llegar hordas y hordas de tropezones: uva, regaliz, anís, fisalis… Un auténtico invernadero flotante se ha adueñado del antaño clásico y aristocrático combinado.
Ahora le ha tocado el turno al chispeante mundo del champagne, y de la mano de uno de sus más ilustres apellidos, Möet & Chandon nada menos. La famosa marca del grupo LVMH, ha lanzado el champagne helado. Benoît Gouez, su creador y maestro bodeguero de la casa, sigue fiel al coupage de Pinot Noir, Pinot Meunier y Chardonnay, pero ahora se bebe con tres hielos y en copa de Cabernet. Todo ello para dejar volar la frutosidad que este Ice Champagne es capaz de desplegar. Y también para crear tendencia… Por lo pronto se duplica el precio de la botella, y eso sin contar los tropezones que van desde las hojas de menta a las ralladuras de lima pasando por la cáscara de pepino o frutas rojas. Después del vino sin alcohol de bodegas Emina, y de estas últimas tendencias florales, está claro que el antaño clásico y reposado mundo de la bodega y el alambique, está dando paso a una vanguardia (ahora llamada tendencia) que sólo el tiempo dirá si es capaz de soportar.