¿Cómo el humo de un cigarro se torció en un libro?
En un libro de cata naturalmente, como el que ofrece purohumo.com con motivo de su 20º Aniversario.
Cata : prueba de un alimento o bebida para examinar su sabor o calidad.
Nuestra definición de cata dista bastante de la ortodoxa de la RAE. Y por una razón muy sencilla, la cata la realizamos con los cinco sentidos, con pasión, con ganas de disfrutar y de aprender. La cata es un sentimiento que no resentimiento como en muchas ocasiones se transforma este acto.
Parafraseando a Bill Grosby; «Hasta ahora cuando me fumaba un buen cigarro, bastaba con decir si estaba bueno o no, si me había gustado y porqué. Pero parece que en los tiempos que corren se necesita un refinado paladar capaz de identificar: un rotundo sabor herbáceo, matices a canela, clavo y limón, notas de cuero con un final leñoso a cedro poco pulido».
Ciertamente con este libro de cata queremos ayudarle a que exprese lo que le dice un cigarro, le damos una pequeña guía para que usted la rellene, y si el tabaco le sabe a cacao o café, bienvenido sea. Pero siempre respetando lo que cada uno encuentra en ese cigarro, aunque “sólo sea” sabor a buen tabaco.
Un cigarro se fuma con los cinco sentidos.
LA VISTA
Uno de los momentos más agradables de fumarse un cigarro es cuando lo sacamos de la caja y apreciamos la gama de matices que tiene junto a su compañeros de camada. Hay 64 colores diferentes para clasificar un cigarro y se ordenan en la caja de más oscuro a claro de izquierda a derecha. Aunque los expertos escogedores le presentarán, con toda seguridad, todos los cigarros de un color prácticamente idéntico en su caja.
Los colores básicos de un habano son: doble claro, claro, carmelita o colorado, colorado maduro, maduro y negro.
Muchas veces pensamos que un cigarro es más fuerte porque tiene un color más oscuro y no es cierto, porque la fortaleza la da el tipo de hoja con que se liga tripa, principalmente el ligero.
EL OLFATO
Hay pocos aromas tan agradables como oler un manojo de habanos y sentir la esencia tropical de su aroma. Aquí podemos observar “el beneficio” del cigarro que ha descansado en cedro y como su aroma se ha ido relajando dando paso a un olor más homogéneo cuando ha descansado un tiempo en la cava y añejado con más tiempo. Al encenderlo sus volutas nos trasladarán al cielo o… al infierno. Porque como todo en la vida, hay cigarros que huelen muy bien y otros que no tanto.
TACTO
Al apretar el cigarro entre el pulgar y el índice, éste nos habla rápidamente y nos dice si está fresco o seco, apretado o suelto, si sus nervaduras son finas o si puede haber algún maderazo en el horizonte. Los más manitas también reconocerán si el cigarro es de tripa larga o corta. Y por último notar la dulce finura de su capa, un placer que está a la altura de su precio. No en vano un kilogramo de capa es más caro que un kilogramo de oro.
OÍDO
Los puros no hablan, a pesar de ello hay mucha gente que se los acerca a la oreja intentando encontrar unas palabras que lo único que conseguirán será romper la capa si no se manipula con cuidado. A mí me gusta escuchar al cigarro en compañía de una copa de algún destilado que hable su mismo lenguaje, particularmente un ron o un brandy.
GUSTO
Aquí es donde un cigarro se expresa de verdad, cara a cara. Nos dice si es fuerte o suave, nos habla de sus notas, de sus complejidades subjetivas que cada uno tiene que saber denominar y describir. No olvidemos que al margen de las connotaciones con que lo describamos un cigarro tiene que saber a tabaco y allí que cada uno se las componga como pueda. Si vamos rellenando el librillo de cata de purohumo.com, este acto nos ayudará a realizar una descripción nítida del cigarro que hemos fumado, a guardar su anilla pegada en la parte superior y, porque no, a recordar un momento único de disfrute.
Y de esta manera el humo se transforma en libro, en su libro, en su cata.